Cubismo







El Cubismo surge como movimiento artístico aproximadamente entre 1907 y 1914, y marca un punto de quiebre con el esquema pictórico renacentista, centrado en la representación de los objetos en tercera dimensión

Su principal atributo es la representación de las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, plasmando las distintas partes de los objetos en un único plano.

El cubismo inicial propone una abstracción progresiva de la realidad, tendiendo a que la obra equivalga a esta realidad, y no sea simplemente una imagen sustitutiva de la misma.

Entre sus influencias podríamos mencionar al arte tribal: máscaras, estatuillas, y escudos, producto del intercambio cultural con las colonias y un mundo aún virgen, y que exaltaba la imaginación y daba por tierra con todo lo establecido hasta el momento. Es por dicha influencia que a este incipiente movimiento se lo bautiza Fase Negra, con un claro exponente en Les Demoiselles d’Avignon, de Picasso, obra en la cual dos mujeres portan máscaras africanas.

Asimismo incorpora de los italianos del Trecento como Giotto, Simone Martín y Tadeo Gaddi, las técnicas del punto de vista alto, presente en los edificios, al retratar tanto sus paredes como tejado. Y también estableciendo múltiples puntos de fuga divergentes, no orientados al interior del cuadro sino fuera de él, hacia el espectador, trasladando la imagen desde el plano pictórico al mundo físico. Esto se conoce como perspectiva inversa.

En el cubismo, el arte se asume a sí mismo como arte, y no mera representación, y traslada esto a la obra, es el sentido mismo de ella.

El mundo comienza a aparecer al público a través de los ojos del artista, abandonando el compromiso de copia fiel y realismo de los objetos, y desmitificando el mito del genio detrás del artista, tan cultivado durante el renacimiento.

Sin embargo es paradójico que a pesar de ser un claro rompimiento con el renacentismo y el estilo agónico que lo representaba, no haya un distanciamiento en cuanto a las temáticas de los cuadros, por lo contrario, los motivos son clásicos, acercándose a la naturaleza muerta, bodegones y retratos.

El cubismo es bautizado de esta manera por el crítico Louis Vauxcelles, quien interpretó así a la utilización de cubos en el arte de Pablo Picasso y Georges Braque, en forma despectiva.

Son estos, junto al español Juan Gris los fundadores y máximos exponentes de este movimiento, que dio por tierra con los cimientos de la pintura como arte consolidado, y extendió el sismo a otras ramas del arte.

Picasso y Braque dan luz a dos ramas del cubismo. Uno de ellos es el cubismo analítico, el cual se caracteriza por la pintura monocroma, dejando de lado la coloración para hacer hincapié en distintos puntos de vista y la geometrización. También, a manera de desafío pero sin caer en lo abstracto, el artista establece pequeñas pautas que permiten la comprensión del cuadro, una pipa, un reloj, son pistas que el espectador deberá apreciar para interpretar el mensaje dado, estableciendo un rol activo por parte del público.

Se prescinde por completo de la realidad para concentrarse en la realidad pictórica. Una realidad que el espectador puede reconstruir.

Esta codificación en algunos casos fue tan progresiva que desembocó en una nueva variante, el cubismo hermético, con un gran número de puntos de vista expresados por el autor, lo cual en cierta forma torna abstracta la obra, dificultando su interpretación.

La segunda rama del cubismo concebida por Picasso y Braque, es el cubismo sintético. Aún cuando algunos atribuyen a Picasso el dar los primeros pasos en esta dirección, parecería que fue iniciado por Braque al incorporar a la obra papel collé pegado directamente en la pintura.
En todo caso, Picasso y Braque añadieron periódicos, cartón y otros elementos a sus obras, y esto evolucionó en lo que es hoy en día el collage.
Las obras son menos elaboradas, y en cierto punto parecen acercarse a una producción en serie. Esta técnica permite a Picasso alcanzar un objetivo largamente perseguido: que el cuadro sea realidad, en lugar de reemplazar a esta. Le da la posibilidad de pegar pequeños trozos de realidad en el cuadro.
Esta nueva vertiente artística tuvo en su punto más significativo popularizar la creación artística, dado que no se requerían grandes capacidades técnicas para ensamblar obras, esto, como mencionábamos, termina por dar por tierra el gran mito del artista cultivado durante el renacentismo.
El cubismo sintético se desarrolló en tal manera que estuvo al borde de originar una rama abocada a la escultura, pero esto hubiera provocado una contradicción interna en el movimiento, dado su precepto fundamental de ausencia de perspectiva y tercera dimensión.

El cubismo, como movimiento, es esencial, pues genera una reacción en cadena que da origen a todas las vanguardias europeas del siglo XX, abarcando incluso la literatura, con Apollinaire, quien recompone la realidad mezclando imágenes y conceptos al azar, con sus famosos caligramas, en los cuales apela a la disposición de las palabras, la tipografía o la caligrafía para representar el contenido del poema.


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Pablo Picasso


Figura excepcional como artista y como hombre, Picasso fue protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento, se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora, que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un exultante y contagioso goce de la vida.


Pablo Picasso

Famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo.

Pablo Diego José Ruiz Picasso, conocido luego por su segundo apellido, nació el 25 de octubre de 1881, en el n.º 36 de la plaza de la Merced de Málaga, como primogénito del matrimonio formado por el pintor vasco José Ruiz Blasco y la andaluza María Picasso López. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.

En 1891 la familia se traslada a La Coruña, en cuyo Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo. En 1895, Ruiz Blasco obtiene un puesto docente en la Escola d'Arts i Oficis de la Llotja de Barcelona. Pablo resuelve en un día los ejercicios de examen previstos para un mes, y es admitido en la escuela. En 1896, con sólo quince años, instala su primer taller en la calle de la Plata de la Ciudad Condal.

Dos años más tarde, obtiene una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra Ciencia y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influenciados por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga.

En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre Gats de Barcelona. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En 1901 coedita en Madrid la efímera revista Arte Joven, y en marzo viaja nuevamente a París, donde conoce a Max Jacob y comienza lo que luego se llamará su «período azul». Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la galería de Berthe Weill, y en 1904 decide trasladarse definitivamente a la capital francesa.


Picasso y Miró en el pabellón español
de la Feria Internacional de París (1917)

Picasso se instala en el célebre Bateau-Lavoir, en el número 13 de la calle Ravignan (hoy plaza Hodeau), alojamiento variadamente compartido por artistas sin blanca, entre otros el también español Juan Gris. Allí, Pablo traba amistad con Braque y Apollinaire, y se enamora de Fernanda Olivier. Durante tres años pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo analítico, cuya gran obra experimental, Las señoritas de Aviñón, es pintada por Picasso en 1907.

Pronto sobreviene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones y va ganando nuevos adeptos, al tiempo que su audaz inventor expone en Munich (1909) y en Nueva York (1911). Pablo ha encontrado una nueva compañera en Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a inventar el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción (en su extensa y tan variada obra, Picasso jamás llegaría a abandonar la figuración). Poco después, se muda de Montmartre a Montparnasse, y se abren exposiciones suyas en Londres y Barcelona.

En 1914, con la guerra, llegan las tragedias: Braque y Apollinaire son movilizados, y Marcelle muere súbitamente ese otoño. Pablo abandona prácticamente el cubismo, y busca otros caminos artísticos. Los encuentra en 1917, cuando por medio de Jean Cocteau conoce a Diáguilev, que le encarga los decorados del ballet Parade de Eric Satie. El fin de la guerra le trae un nuevo amor, la bailarina Olga Clochlova, y también un nuevo dolor: la muerte de Apollinaire a consecuencia de una grave herida en la cabeza. Se casa con Olga en 1918, y hasta 1925 trabaja en diversos ballets que dan cauce a su evolución pictórica.

Un viejo retrato de su madre, pintado en 1918, le valdrá el millonario premio Carnegie de 1930, que le permite adquirir una suntuosa villa campestre en Boisgelup, y pasarse más de un año viajando por España. Por entonces vuelve a la escultura y mantiene un romance con Teresa Walter, del que nace su primera hija, Maya. La Clochlova inicia un escandaloso juicio para conseguir el divorcio, que el juez se niega a conceder. Despechado, Picasso se enamora de Dora Maar.

Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta el Guernicaen París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.



En 1944, se afilia al Partido Comunista Francés y da a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño. Después se entusiasma por la litografía y por la joven y hermosa pintora Françoise Guillot, con la que convive hasta 1946. Se inicia así su etapa de Vallauris, en la que trabaja en sus magníficas cerámicas. Con Françoise tendrá dos hijos: Claude, nacido en 1947, y Paloma en 1949.

En 1954, el infatigable anciano se fascina por una misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada Sylvette D., que acepta posar para él a cambio de uno de los retratos, a su elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la butaca verde.

Si la fascinación por la etérea Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por Jacqueline Roqué, joven de extraodinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la UNESCO. Fértil milagro del arte y de la vida, Picasso seguirá creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir en 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas hasta recaer en un ser de pacífico nombre: Paloma, su hija.





Georges Braque


(Argenteuil, Francia, 1882-París, 1963) Pintor francés. Hijo de un pintor de brocha gorda, oficio que siguió en un principio, Braque estudió a partir de 1900 en la Escuela de Bellas Artes de París y hacia 1906 se adhirió al fauvismo, bajo la influencia de su amigo Othon Friezs, con obras como El embarcadero del puerto de l'Estaque.


Georges Braque

En 1907, una exposición de Cézanne y el encuentro con Picasso pusieron a Braque en la senda del cubismo, tendencia de la que es cofundador. Desde entonces hasta su movilización en la Primera Guerra Mundial, trabajó en estrecha colaboración con Picasso, dando vida a la fase llamada cubismo analítico (Naturaleza muerta con instrumentos musicales), y más tarde a la denominada cubismo sintético (Vaso y violín).

A diferencia de Picasso, que plasmó con frecuencia la figura humana, Braque prefirió, a lo largo de toda su trayectoria artística, la naturaleza muerta, en la que introdujo novedades significativas, como el empleo del collage o la incorporación de letras y números. En sus bodegones cubistas juega con el espectador, invitándole a reconstruir los objetos a partir de las diversas perspectivas que de ellos introduce en sus obras.


Violín y jarra (1910), de Georges Braque

Después de la guerra de 1914-1918, el artista prescindió de los trazos angulosos y las líneas fuertemente geométricas de su etapa anterior para inclinarse hacia la línea curva en un nuevo repertorio de temas: los Guéridons (naturalezas muertas sobre una mesa redonda), las Pequeñas chimeneas (1919-1927), las Canéforas (1922) y, sobre todo, los Ateliers(1948-1955), donde recrea ambientes interiores en clave simbólica. Braque, que fue también ilustrador, escenógrafo, escultor y grabador, alcanzó un importante reconocimiento en vida y dejó una profunda huella en el desarrollo de la pintura.

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